
Hace varias semanas, después de numerosas preguntas, que posiblemente hayan sido formuladas por compañeros o compañeras de juventudes, me comprometí personalmente en mi blog a realizar una valoración y análisis de la situación actual de joves Socialistes del País Valencià. Las promesas son deudas y después de unas merecidas vacaciones estivales, aunque trabajando, como siempre, me dispongo a comenzar el curso político con una reflexión profunda sobre lo que hemos sido y hemos hecho y lo que seremos o queremos ser.
En mi modesta opinión, las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de Mayo han marcado, sin duda alguna, a los jóvenes socialistas valencianos. Teníamos muchas esperanzas e ilusiones puestas en que el cambio era posible en la comunidad, un cambio esencial y profundo en la forma de gobernar, contando con las personas y apostando por los jóvenes, siempre recordando algo importantísimo, al menos para mi: “las personas están antes que la política”
En mi modesta opinión, las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de Mayo han marcado, sin duda alguna, a los jóvenes socialistas valencianos. Teníamos muchas esperanzas e ilusiones puestas en que el cambio era posible en la comunidad, un cambio esencial y profundo en la forma de gobernar, contando con las personas y apostando por los jóvenes, siempre recordando algo importantísimo, al menos para mi: “las personas están antes que la política”
Era una ilusión compartida por todos y todas que se esfumó, en menos de una hora, una vez pasadas las ocho de la tarde del 27 de Mayo. La decepción era evidente, especialmente en lo que se refiere al apoyo de los jóvenes a los socialistas. Algo falló, los jóvenes, entre otros, nos dieron una buena bofetada. La copa América, el agua, el circuito de formula 1 y la constante manipulación de la verdad por parte del Partido Popular y nuestro desafortunado hincapié en trasladar el verdadero mensaje a la sociedad sobre la realidad de quien financia y quien promueve, nos pasaron factura. A día de hoy son muchos los valencianos que creen que el gobierno de Jose Luís Rodriguez Zapatero actúa contra la comunidad, algo totalmente falso y calumnioso e incierto, porque no responde a la verdad.
El PP mintió, miente y seguirá mintiendo a los valencianos. Esa es la política que debíamos combatir, la política de la mentira, cada vez más complicada de combatir cuando, muy interesadamente, el PP juega constantemente con los intereses de los valencianos para intentar conseguir un puñado de votos, les da igual todo, sólo les importa el poder.
Todos los jóvenes socialistas realizamos el oportuno análisis, demasiado optimista, en mi opinión, por parte de la dirección, coincidiendo la mayoría, en muchos de los aspectos trascendentales como causa de la derrota electoral. Creo que ya no es momento de seguir valorando los resultados, son los que son, ni de buscar culpables y hacer responsables de la derrota a personas dentro de la dirección de juventudes, que posiblemente no sean responsables o si, pero si lo son, lo son por la irresponsabilidad de los demás y por la falta de proyecto y de trabajo.
Es momento de analizar errores de fondo orgánico y organizativo, de asumirlos y aceptarlos para poder comenzar inmediatamente a trabajar para conseguir dar un vuelco a la decisión imprimida por los valencianos en las urnas las pasadas elecciones, con el objetivo que el próximo mes de marzo en cada urna de este país hayan muchas más rosas que gaviotas.
Me gustaría, ¿porqué no poder imaginar? Me gustaría que juventudes socialistas fuese una organización capaz de transmitir ilusión a los jóvenes valencianos, una organización cuyo reto sea ser los referentes juveniles, defendiendo los intereses de los jóvenes, apostando por sus inquietudes, para finalmente ser realmente “el espejo de la juventud”. Todo lo contrario a lo que es en la actualidad.
¿Por qué no podemos pensar oimaginar una organización que deje de lado el sectarismo exacerbado?, Porqué no podemos pensar en una organización que deje de estar permanentemente contando, que no deje de lado a compañeros válidos y pensamos en una organización diferente, fuerte, autónoma, con ideas, con proyectos y con gente preparada, trabajadora, ilusionada y motivada.
Creo que en eso es en lo que la dirección ha fallado, no hemos sabido transmitir, no hemos sabido aunar fuerzas y aglutinar, no hemos sabido hacer partícipes a todos y todas colaborando en un proyecto común, no hemos sabido mantener la ilusión a los militantes, no hemos sabido estar donde teníamos que estar sino siempre en otras cosas, por eso creo que es necesario un cambio profundo en nuestra organización.
Un cambio profundo en la forma de hacer las cosas, con autonomía, en la forma de entender la política juvenil y en la forma de tratar a los compañeros, como bien marcaron las líneas y los protagonistas del 23 congreso federal de JSE, donde fue elegido un nuevo líder, Sergio Gutiérrez, con el que estamos absolutamente identificados, es otro estilo, más cercano, que dará a nuestra organización ese nuevo impulso de cambio, de ilusión, que también reclama el País Valenciano.
Es momento, por tanto, para los que dirijan los caminos de nuestra organización en el país Valenciano, de crear y no destruir, de motivar y no generar pasotismo, de aunar fuerzas y no dividirlas, de sumar y no discriminar, es momento de transmitir ilusión y no generar desconfianza, es momento de debatir y decidir sin imponer, es momento de mirar adelante y no mirar con recelo, es momento de responsabilidad y especialmente, lo más importante, es momento de futuro y no de pasado.
Estoy convencido que la nueva dirección que sea elegida en el próximo congreso ordinario, a falta de saber la fecha, deberá creer y apostar en una organización fuerte, en unos jóvenes comprometidos, en una organización y unos jóvenes que reivindican, que actúan, que tienen ilusión y que trabajan, o al menos ponen todo su empeño en hacerlo, ese es el nuevo impulso que juventudes necesita y estoy seguro, desde mi modesta opinión, que habrán muchos compañeros que apostarán claramente por un cambio en ese sentido, es lo que nuestra organización necesita, necesita un cambio, nuevos aires para nuevos tiempos.
Todos los jóvenes socialistas realizamos el oportuno análisis, demasiado optimista, en mi opinión, por parte de la dirección, coincidiendo la mayoría, en muchos de los aspectos trascendentales como causa de la derrota electoral. Creo que ya no es momento de seguir valorando los resultados, son los que son, ni de buscar culpables y hacer responsables de la derrota a personas dentro de la dirección de juventudes, que posiblemente no sean responsables o si, pero si lo son, lo son por la irresponsabilidad de los demás y por la falta de proyecto y de trabajo.
Es momento de analizar errores de fondo orgánico y organizativo, de asumirlos y aceptarlos para poder comenzar inmediatamente a trabajar para conseguir dar un vuelco a la decisión imprimida por los valencianos en las urnas las pasadas elecciones, con el objetivo que el próximo mes de marzo en cada urna de este país hayan muchas más rosas que gaviotas.
Me gustaría, ¿porqué no poder imaginar? Me gustaría que juventudes socialistas fuese una organización capaz de transmitir ilusión a los jóvenes valencianos, una organización cuyo reto sea ser los referentes juveniles, defendiendo los intereses de los jóvenes, apostando por sus inquietudes, para finalmente ser realmente “el espejo de la juventud”. Todo lo contrario a lo que es en la actualidad.
¿Por qué no podemos pensar oimaginar una organización que deje de lado el sectarismo exacerbado?, Porqué no podemos pensar en una organización que deje de estar permanentemente contando, que no deje de lado a compañeros válidos y pensamos en una organización diferente, fuerte, autónoma, con ideas, con proyectos y con gente preparada, trabajadora, ilusionada y motivada.
Creo que en eso es en lo que la dirección ha fallado, no hemos sabido transmitir, no hemos sabido aunar fuerzas y aglutinar, no hemos sabido hacer partícipes a todos y todas colaborando en un proyecto común, no hemos sabido mantener la ilusión a los militantes, no hemos sabido estar donde teníamos que estar sino siempre en otras cosas, por eso creo que es necesario un cambio profundo en nuestra organización.
Un cambio profundo en la forma de hacer las cosas, con autonomía, en la forma de entender la política juvenil y en la forma de tratar a los compañeros, como bien marcaron las líneas y los protagonistas del 23 congreso federal de JSE, donde fue elegido un nuevo líder, Sergio Gutiérrez, con el que estamos absolutamente identificados, es otro estilo, más cercano, que dará a nuestra organización ese nuevo impulso de cambio, de ilusión, que también reclama el País Valenciano.
Es momento, por tanto, para los que dirijan los caminos de nuestra organización en el país Valenciano, de crear y no destruir, de motivar y no generar pasotismo, de aunar fuerzas y no dividirlas, de sumar y no discriminar, es momento de transmitir ilusión y no generar desconfianza, es momento de debatir y decidir sin imponer, es momento de mirar adelante y no mirar con recelo, es momento de responsabilidad y especialmente, lo más importante, es momento de futuro y no de pasado.
Estoy convencido que la nueva dirección que sea elegida en el próximo congreso ordinario, a falta de saber la fecha, deberá creer y apostar en una organización fuerte, en unos jóvenes comprometidos, en una organización y unos jóvenes que reivindican, que actúan, que tienen ilusión y que trabajan, o al menos ponen todo su empeño en hacerlo, ese es el nuevo impulso que juventudes necesita y estoy seguro, desde mi modesta opinión, que habrán muchos compañeros que apostarán claramente por un cambio en ese sentido, es lo que nuestra organización necesita, necesita un cambio, nuevos aires para nuevos tiempos.
Todos valen, todos suman, todos cuentan, nadie sobra.