Adiós Eduardo, Adiós!

Incognitas, traiciones, ambición, poder, dinero y fotos nada afortunadas ...

Aunque coincidieron en lugar y fecha, es poco probable que la cancioncita "Vuela libre, vuela alto" la escribiera Julio Iglesias pensando en aquel chiquillo que con catorce años llegó a Benidorm dispuesto a comerse el mundo.

Igual que Julio es genéticamente lírico, el que con el tiempo se convirtió en su compadre nació hiperactivo y dispuesto a hacer carrera sin reparar en gastos con cargo al erario público. Así se entiende que con 52 años ha sido un valor que ha pasado por todas las cotizaciones políticas, sin apearse del escándalo: ha viajado por la estratosfera, bajó a los infiernos unas cuantas ocasiones, ha tenido corte de faraón y lo han negado no tres sino trescientas veces.
Desde bien mozo, Zaplana tuvo siempre querencia por volar alto. No en balde, se apuntó a la Academia del Aire de San Javier para ser piloto. Pero a un liberal no lo puedes atar a la disciplina. Así que, con 21 años, aparcó los estudios reglados al descubrir su verdadera vocación: el servicio público. Se apuntó a las juventudes de UCD, partido del que llegó a ser secretario general en Alicante. Estuvo en la ejecutiva en Madrid y allí coincidió con Ángel Acebes, Miguel Ángel Cortés, Pedro Antonio Martín Marín y otros líderes del llamado clan de Valladolid, que tanta fortuna hizo tiempo después con José María Aznar. El líder de esa tribu era Arturo Moreno Garcerán, quien en los albores del siglo XXI se convirtió en directivo de varias empresas del grupo Telefónica, al igual que Pedro Pérez, ex presidente de Vía Digital.
En la rama liberal de las juventudes centristas también incubó enemigos para toda la vida, como Javier Arenas, contra el que Zaplana impulsó una moción de censura para descabalgarlo de la secretaria general de los cachorros de UCD. Su experiencia en mociones la aplicó años después exitosamente para convertirse en alcalde de Benidorm un 22 de noviembre de 1991, gracias a la conversión de la concejal socialista y bailarina María Sánchez Trujillo, que le dio a Zaplana el voto que le faltaba para ser alcalde de Benidorm.
Antes de ese episodio -el marujazo que lo ha acompañado como un fantasma toda la vida-, Eduardo dejó testimonio de su liberalismo político y económico. De esto último da fe su conversación con el malogrado ex concejal de Valencia Salvador Palop un 11 de febrero de 1990 a las 13,20 horas. La joven promesa Zaplana confesó que su norte vital era "hacerse rico" y comprarse el Opel Vectra 16 válvulas. La conversación fue grabada en las cintas del caso Naseiro e invalidadas como prueba por el Tribunal Supremo. En el centro de la trama de presunta financiación irregular del PP estaba Futuro Financiero, consultora de la que Arturo Moreno era socio, al igual que los también ilustres del clan de Valladolid Miguel Ángel Cortés o Carlos Aragonés.
El 26 de septiembre de 1993 Zaplana consumó la conquista del PP valenciano y el 28 de mayo de 1995 ganó las elecciones y se convirtió en presidente de la Generalitat. Su fertilidad en la producción de escándalos creció proporcionalmente al presupuesto que pasó a gestionar. En la primera parte de la legislatura, Zaplana puso en marcha la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, heredada del Consell socialista, que con el tiempo se convertirá en el particular Valle de los Reyes de Zaplana. Pirámides al margen, el incombustible jefe del Consell pronto se percató de que la Generalitat era su trampolín para hacer carrera en Madrid. A cuenta de las arcas públicas, pagó las facturas de Aznar y montó un enorme pesebre en Canal 9 para financiar propagandistas que predicaron en la Villa y Corte las virtudes del jefe.El cheque estrella que tuvo que soportar fue el del cantante Julio Iglesias, quien se había volcado en la campaña de Aznar de 1996. A través del Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX) se le hizo un contrato por el que el artista cobraría 375 millones de pesetas por dar en 1998 cinco recitales por el mundo para promocionar los productos valencianos. Con el tiempo, este diario reveló que se escondió un contrato B que ampliaba a 990 millones libres de impuestos los emolumentos a Julio Iglesias, sin contar los cientos de millones pagados por "gastos de organización" hinchados y muchas veces no justificados o en facturas falsas, a empresas de paraísos fiscales y en cuentas cifradas. Un juez investiga la presunta malversación de fondos, delito fiscal y falsedad documental.
Aviones, relojes y pisos. Otro de los casos que aparecen en letras mayúsculas en el currículum oscuro de Zaplana es la ejecución de las obras de Terra Mítica. Se dispararon los costes, la empresa entró en suspensión de pagos, con fuertes críticas sobre los excesivos sobrecostes y la inversión realizada para el escaso beneficio social del proyecto. El parque se ha visto envuelto en un proceso judicial por una trama de facturas falsas y posible fraude fiscal. Escándalo que salpicó a Zaplana cuando trascendieron unas conversaciones de dos empresarios con un diputado en las que se hablaba de pago de comisiones por las obras. Aficionado a relojes que cuestan un pico y a yates de eslora XXL, tuvo la suerte de que la CAM le facilitara una hipoteca en condiciones ventajosas, según la oposición, para adquirir un piso de 532 metros cuadrados en La Castellana. Nunca reparó en gastos. Como presidente y como ministro, usó en varios desplazamientos jets privados (hasta para ver al Valencia CF en una final), que se vincularon en algún caso a una contratista pública. Lo dicho: Eduardo es un tipo de altos vuelos. Autor: F.Arabí (Levante-emv)
Un hombre dedicado al servicio público, si señor.

No ven, actúan


Hay quienes una y otra vez creen, piensan y estan convencidos, muy a mi pesar, que el adversario está dentro. Pues lamento decirles, a aquellos que tratan de manipularnos: que no! que no! que nuestro adversario no está dentro.
Nuestro adversario es la derecha, esa que ha conseguido el apoyo mayoritario de los jóvenes valencianos, muy a mi pesar. Seguimos igual o peor.

Nuestro adversario es la derecha que no cree en los derechos y las libertades, que permanentemente utiliza la mentira y la propaganda para manipular a todos y cada uno de los valencianos, esa derecha que utiliza el discurso fácil y victimista para afianzar su poder en nuestra comunidad, una derecha que no duda en utilizar un tema tan importante para el desarrollo de nuestro pueblo como es el agua. No duda ni tan siquiera en utilizar los medios de comunicación, pagados por todos, para desacreditar al adversario político. Nuestro objetivo no está dentro, nuestro objetivo es esa derecha que no cree en la gente, nuestro objetivo es y debería ser defender una política que beneficie a la mayoría, pensando en la gente, en nuestros ciudadanos. Con objetivos, metas y proyectos. Nuestro objetivo es recuperar la confianza de los jóvenes y de todos los ciudadanos.

El adversario es la derecha, es el partido popular, es nuevas generaciones.

Debemos pues analizar porqué, cómo y cuando, para volver a ser lo que éramos, en lugar de que algunos dediquen demasiado esfuerzo, casi en exclusiva, a objetivos y metas nada deseables y muy poco afortunados, como bien saben algunos.

A aquellos que faltan a la verdad permanentemente, que intentan a base de la imposición arrinconar a quienes defienden otra cosa, que es igual pero muy diferente en el fondo y, especialmente, en las formas, a aquellos que permenente utilizan el revanchismo como un arma de poder, a aquellos que creen que el poder es, simplemente, callar, amedrentar o amenazar. A esos, les va a ir muy mal